EL SERAPEUM DE SAQQARA

EL SERAPEUM DE SAQQARA

En Egipto hay muchos lugares mágicos. Muchísimos. Hoy vamos a hablaros de uno de ellos.

La necrópolis de Saqqara es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del Antiguo Egipto. Allí se erige el complejo funerario del faraón Djesert, con la famosa pirámide escalonada; diferentes tumbas de nobles del Reino Antiguo y pirámides de reyes del mismo período. También encontramos tumbas del Reino Nuevo, como la que Horemheb se hizo construir allí antes de ser faraón, y ser enterrado en el Valle de los Reyes. Pero entre tanta maravilla, hay una que llama especialmente la atención: el Serapeum.

Antiguo lugar de enterramiento de los toros Apis, este lugar sobrecoge por la magnitud de sus estancias y de los sarcófagos de piedra que allí se encuentran. Excavado a 12 metros de profundidad, consta de 3 galerías, la principal de la cual mide 68 metros de largo; en cada uno de sus laterales hay cámaras talladas en la roca, 24 en total, y en ellas se encuentran los sarcófagos donde se depositaban los cadáveres de los toros sagrados. Estos sarcófagos son enormes, aproximadamente de 4 metros de largo, 2 de ancho y más de 3 de altura, con un peso total de entre 60 y 80 toneladas. Abrumador.

Es uno de esos sitios donde pierdes el don de la palabra; y si puedes hablar, lo harás bajito… Simplemente, te dejas impregnar por la magia del lugar, la paz y el misterio que en él se respira y te abandonas a la apabullante sensación de que nunca olvidarás esa visita.

Apis era la divinidad toro más importante del Antiguo Egipto y su culto estaba íntimamente asociado al del dios Ptah, dios tutelar de Menfis; de hecho, se creía que Apis había nacido de una vaca fecundada por el propio Ptah.

No todos los toros eran Apis; éste debía tener unas características particulares: según Herodoto, siempre era negro con ciertas marcas, debía tener un bulto bajo la lengua que recordase un escarabajo, y su cola dividida en dos mechones. Una vez era identificado un toro Apis, éste pasaba a ser adorado, y participaba en numerosos rituales religiosos. También se le asociaba con el faraón.

Tanto Plutarco como Herodoto nos dicen que el toro era sacrificado cuando cumplía 25 años, en una gran ceremonia ritual. Después, su cuerpo era momificado e introducido en uno de los grandes sarcófagos del Serapeum.

Por supuesto, la palabra serapeum no es egipcia, sino latina. Era el nombre que los romanos dieron a los templos dedicados al dios Serapis, un sincretismo entre las divinidades Osiris y Apis. Por extensión, se le dio el mismo nombre a los antiguos monumentos funerarios de los toros Apis.

Fue el arqueólogo Auguste Mariette quien descubrió este lugar en 1850. Es imposible saber lo que debió sentir al entrar por primera vez en este increíble lugar; sólo estando dentro nos lo podemos llegar a imaginar.

Marta Villanueva

Co-fundadora de Antiquitas, Cultura y Humanidades

Imagen: By Prof. Mortel – https://www.flickr.com/photos/43714545@N06/52087596172/, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=118361478

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