PANORAMA DE LA EUROPA CRISTIANA EN LA EDAD MEDIA
Un teórico principal de historia medieval, Jacques Heers, comentó en su obra La invención de la Edad Media, la tranquilidad con la que nos referimos a un período de ¡mil años! bajo el simple nombre de medieval; su observación es una llamada de atención para ir con cuidado en el estudio de los procesos culturales que tuvieron lugar en semejante cantidad de años. Con esta advertencia presente, el curso «La escultura erótica en Iglesias y Monasterios» se ciñe al análisis de un tipo particular de relieves, pinturas y esculturas denominados obscenos que se realizaron durante cuatrocientos de esos mil años, los que comprenden los siglos XI al XIV en los períodos artísticos llamados Románico y Gótico.
El nombre Románico con que la historia del arte designa al período, revela algunas claves útiles a nuestro estudio ya que alude a Roma, y es efectivamente en la herencia pagana romana donde hay que buscar el antecedente remoto de estas figuras para facilitarnos la comprensión de su presencia posterior en el contexto de la cristiandad. De manera que, aún yendo con cuidado según advirtió Heers, sí hemos de revisar los siglos anteriores para ver no sólo el origen de esos motivos artísticos, sino también sus usos y significados antes de encontrarlos en las iglesias, monasterios y espacios sagrados en general, en los siglos que abarca el presente curso.
Con relación al vocablo Gótico, éste hace referencia a los godos, pueblo germánico que invadió gran parte del territorio conquistado por Roma. De manera que en las manifestaciones artísticas que revisaremos en este curso hay otra herencia pagana, si bien de otro sello, la de los pueblos godos. Ambos estilos artísticos, Románico y Gótico, florecieron de forma consecutiva y simultánea en los distintos reinos y condados en los que se dividió el otrora Imperio Romano, lo cual revela que vivían circunstancias culturales similares.
Dos circunstancias fundamentales separaron la Edad Media del Mundo Antiguo. La primera fue la disolución gradual del Imperio Romano en una variedad de estados sucesorios de jurisdicción territorial limitada. La segunda fue la supremacía de dos religiones con reclamos universales, primero el Cristianismo y después, en competencia con éste, el Islamismo. Ambos impulsaron el dogma de la revelación sobre la razón, fundamento de los pensadores en la Antigüedad, y preparaban al creyente para la vida eterna. En consecuencia, el conocimiento durante la Edad Media estuvo subordinado a la creencia trascendente en la revelación divina recogida en las Escrituras y en la tradición de la Iglesia.
Hay que pensar entonces que los hombres y mujeres que vivieron el tránsito de la Antigüedad al comienzo del Medioevo debieron conciliar su visión racional del mundo con la propuesta del trascendentalismo formulado por el Cristianismo y posteriormente por el Islam. Esta conciliación pasaba por integrar las figuras mentales y reales a la nueva visión del mundo, de manera que el repertorio antaño pagano se resignificó para habitar en una nueva realidad que se entendía creada y santificada por Dios.
Por ejemplo, es conocida la antigua costumbre pagana de colocar un falo en el exterior de algunas casas y edificios públicos con el objeto de evitar maleficios, en contra del mal de ojo y para promover la fertilidad así como la felicidad. Lo que resulta notable es que los cristianos inspirados por viejas supersticiones emplazaran el mismo tipo de imágenes en sus iglesias. ¿No se había abandonado el paganismo y otras formas de idolatría? Al parecer no del todo y, más que inspirarse en viejas supersticiones, lo que hubo fue una continuidad de usos y costumbres, como muestran las obras que estudiaremos en el curso sobre la escultura erótica en entornos cristianos. ¿Te animas a descubrirlas? Puedes descargarte el programa del curso aquí.
Mary Alberú
Doctora en Historia del Arte
Profesora del curso “La escultura erótica en Iglesias y Monasterios”